¿Qué significa Calificación Crediticia?
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La Calificación Crediticia es una métrica utilizada por los bancos y otras instituciones financieras para determinar si un prestatario es capaz de devolver un préstamo. Para calcular la calificación crediticia se tienen en cuenta varios factores, y éstos pueden variar de un país a otro y de una institución a otra.
Como métrica, la calificación crediticia se aplica no sólo a los clientes particulares, sino también a las empresas y a cualquier entidad interesada en obtener un préstamo. Es el factor clave que determina si se puede conceder un préstamo a la entidad interesada.
Las agencias de calificación crediticia son empresas que analizan la solvencia de los clientes. Dependiendo de su tipo, las agencias de calificación crediticia pueden limitarse a realizar evaluaciones del historial crediticio a fin de trabajar con una gran variedad de clientes.
La calificación crediticia se calcula utilizando factores que pueden diferir entre prestatarios particulares y empresas. Algunos de los factores más comunes que se tienen en cuenta son la deuda saldada y pendiente, el historial de reembolsos y los ingresos mensuales. Además, ser propietario de una vivienda puede afectar a la calificación crediticia, sobre todo si el prestatario ha suscrito previamente una hipoteca para la propiedad.
La calificación crediticia puede establecerse a largo o corto plazo, dependiendo del tipo de préstamo. La calificación crediticia a corto plazo se tiene en cuenta para préstamos más pequeños con menos cuotas de amortización, mientras que la calificación crediticia a largo plazo se analiza para créditos más grandes con más cuotas de amortización.
Hay tres grandes empresas que destacan en el sector de la calificación crediticia mundial: Moody's, S&P Global y Fitch Ratings. Evalúan la calificación crediticia a nivel gubernamental analizando la situación económica del Estado, así como su capacidad para aceptar más deuda nacional.
Mantener una buena calificación crediticia puede influir en las posibilidades de una persona o empresa de recibir un préstamo en el futuro. Una buena calificación crediticia tiene más probabilidades de garantizar que el préstamo se conceda con tipos de interés y APR favorables. Sin embargo, una mala calificación crediticia puede dar lugar a tipos de interés más altos o a la denegación total del préstamo.