¿Qué significa Gestión Activa?
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La gestión activa, también conocida como inversión activa, es una técnica de inversión. En esencia, la gestión activa es el proceso de comprar y vender activos regularmente. El proceso suele basarse en lo que parecen ser condiciones de mercado rentables. Visto desde una perspectiva más amplia, la gestión activa se refiere a un grupo de gestores que negocian determinados conjuntos de activos para obtener beneficios.
Los gestores de fondos y los agentes de valores suelen utilizar la gestión activa en la negociación de activos financieros. Emplean esta técnica para obtener beneficios de las tendencias positivas y negativas del mercado. Básicamente, los gestores activos buscan fallos en el mercado. Lo hacen porque esperan alcanzar un objetivo de rentabilidad o superar un índice específico como el S&P500.
En la mayoría de los casos, los inversores se basan en la investigación y en diversas decisiones de inversión para emplear la técnica de gestión activa. Lo hacen porque suponen que pueden superar al mercado encontrando sus defectos. Sin embargo, esta idea se contradice con la hipótesis del mercado eficiente (HME). En esencia, afirma que el precio actual de un activo ya proporciona toda la información disponible. Por lo tanto, no hay muchas imperfecciones de las que aprovecharse.
Por consiguiente, el éxito de la gestión activa depende en gran medida de las interpretaciones personales del mercado por parte de los inversores y del acierto de sus predicciones. Así pues, los gestores activos deben vigilar activamente los cambios del mercado.
Lo contrario de la inversión activa es la inversión pasiva, también denominada indexación. En pocas palabras, consiste en crear una cartera de inversión a largo plazo. Por lo general, la cartera no se negocia activamente. Básicamente, los gestores crean una cartera basándose en el comportamiento de un índice. Esto implica que, en términos de selección de activos, la indexación tiene menos posibilidades de sufrir errores humanos.
En términos generales, la inversión activa tiene unas comisiones de gestión sustancialmente más elevadas que la inversión pasiva. Esto sucede porque la gestión activa implica más costos y riesgos de negociación. Además, en el pasado, la inversión pasiva proporcionaba mejores resultados que la activa.